CLASE 4 SVB
Prevención y control de hemorragias
Prevención y control de hemorragias
La prevención y control de hemorragias se basa en medidas sencillas para evitar lesiones y técnicas de primeros auxilios específicas para detener el sangrado cuando ocurre.
Mantener cuchillos y otros objetos cortantes fuera del alcance de niños.
Usar casco al montar bicicleta y siempre el cinturón de seguridad en vehículos.
Evitar introducir objetos en orificios naturales como nariz u oídos.
Controlar la presión arterial, evitar el consumo excesivo de alcohol y drogas, y mantener una alimentación saludable.
Si se usan anticoagulantes, todas las personas deben llevar un control estricto.
Tranquilizar al lesionado y sentarlo o acostarlo para evitar desmayos.
Identificar el sitio del sangrado, retirar ropa solo si no está adherida, y limpiar superficialmente la herida.
Aplicar presión directa sobre la herida con una gasa, paño limpio o vendaje por al menos 10 minutos; no retire compresas empapadas, coloque otra encima y siga presionando.
Si la hemorragia es en una extremidad, elevar el miembro afectado por encima del corazón.
Si la hemorragia no cede con presión directa, utilice una compresión arterial localizada (en extremidades).
El torniquete solo se usa en casos de amputación o aplastamiento grave y siempre debe ser supervisado por personal entrenado.
Siempre buscar atención médica si la hemorragia continúa o es profunda.
Las hemorragias internas no pueden controlarse fuera del ámbito hospitalario: acudir urgentemente al centro de salud más cercano.
Vigilar signos como palidez, pulso débil, abdomen rígido, mareos, hematomas, vómitos con sangre.
Hemorragia nasal: sentar al afectado y comprimir la fosa nasal durante 5 minutos; si no cede, usar un tapón de gasa.
Heridas superficiales: lavar con agua y jabón, secar y aplicar presión leve con apósitos.
Siempre lávese las manos antes y después de atender a una persona, y utilice guantes si están disponibles.
No retire objetos incrustados en la herida; estabilícelos y busque ayuda médica.
Estas recomendaciones son básicas y deben complementarse con atención profesional ante hemorragias graves, profundas o que no cesan.