Transfusión sanguínea.
Una transfusión de sangre es un procedimiento médico de rutina en el cual el paciente recibe sangre donada por medio de un tubo estrecho colocado en una vena del brazo.
Este procedimiento que puede salvar vidas ayuda a reemplazar la sangre que se pierde a causa de una cirugía o de una lesión. La transfusión de sangre también puede ser útil cuando una enfermedad impide que el cuerpo produzca sangre o algunos de los componentes sanguíneos de forma adecuada.
En general, las transfusiones de sangre se realizan sin complicaciones. Si se presentan complicaciones, suelen ser leves.
Las personas reciben transfusiones de sangre por varios motivos, entre ellos, cirugías, lesiones, enfermedades y trastornos hemorrágicos.
La sangre posee varios componentes, entre ellos:
· Los glóbulos rojos que transportan el oxígeno y ayudan a eliminar los desechos
· Los glóbulos blancos que ayudan al cuerpo a combatir infecciones
· El plasma que es la parte líquida de la sangre
· Las plaquetas que ayudan a que la sangre se coagule adecuadamente Una transfusión proporciona los componentes de sangre que necesitas. Los
glóbulos rojos son los que se transfunden con mayor frecuencia. También puedes recibir sangre que contiene todos los componentes, pero esta transfusión no es tan frecuente.
Los investigadores están trabajando para desarrollar sangre artificial. Hasta el momento, no existe ningún reemplazo adecuado para la sangre humana.
Por lo general, las transfusiones de sangre se consideran seguras, pero existe un riesgo de sufrir complicaciones. Las complicaciones leves y las que son graves en raras ocasiones pueden ocurrir durante la transfusión o varios días después.
Las reacciones más frecuentes comprenden reacciones alérgicas, que pueden provocar urticaria, picazón y fiebre.
Los bancos de sangre realizan pruebas a los donantes y analizan la sangre donada para reducir el riesgo de que haya infecciones relacionadas con las transfusiones, por lo que las infecciones, como el VIH y la hepatitis B o C, son muy poco frecuentes.
Estas también son poco frecuentes y comprenden las siguientes:
· Reacción hemolítica inmune aguda. El sistema inmunitario ataca los glóbulos rojos transfundidos porque el grupo sanguíneo del donante no coincide con el del receptor. Las células atacadas liberan una sustancia en la sangre que daña los riñones.
· Reacción hemolítica retardada. Este tipo de reacción es similar a una reacción hemolítica inmune agudo, pero ocurre con más lentitud. La disminución en los niveles de glóbulos rojos puede tardar de una a cuatro semanas en volverse evidente.
· Enfermedad del injerto contra el huésped. En esta afección, los glóbulos blancos transfundidos atacan la médula ósea. Suele ser mortal y es más probable que afecte a las personas con un sistema inmunitario gravemente debilitado, por ejemplo, quienes reciben tratamiento para la leucemia o el linfoma.
Antes de una transfusión, te harán un análisis para determinar si tu grupo sanguíneo es A, B, AB o 0 y si el factor Rh es positivo o negativo. La sangre donada que se use para tu transfusión debe ser compatible con tu grupo sanguíneo.
Infórmale al proveedor de atención médica si has tenido una reacción a una transfusión de sangre en el pasado..
En algunos casos puedes donar sangre para ti mismo antes de la cirugía electiva, pero la mayoría de las transfusiones implican sangre donada por otras personas. Un control de identificación permitirá asegurar que recibas la sangre correcta.
Te colocarán una vía intravenosa con una aguja en uno de los vasos sanguíneos. La sangre donada que se almacena en una bolsa plástica ingresa al torrente sanguíneo a través de la vía intravenosa. Deberás permanecer sentado o recostado durante el procedimiento, el cual generalmente dura entre 1 y 4 horas.
El personal de enfermería te supervisará durante el procedimiento y te medirá la presión arterial, la temperatura y la frecuencia cardíaca. Llama de inmediato a la enfermera si tienes lo siguiente:
· Fiebre
· Falta de aire
· Escalofríos
· Picazón inusual
· Dolor en el pecho o en la espalda
· Sensación de malestar Después del procedimiento
Se retirará la aguja de la vía intravenosa. Se puede formar un hematoma alrededor del lugar donde se introdujo la aguja, pero este desaparecerá en unos pocos días.
Comunícate con tu proveedor de atención médica si manifiestas falta de aire o dolor en el pecho o en la espalda en los días inmediatamente posteriores a una transfusión de sangre.
Es posible que debas realizarte otros análisis de sangre para ver cómo responde el cuerpo a la sangre de un donante y controlar tus hemogramas.
Algunos trastornos requieren más de una transfusión de sangre.